Frecuentemente, los distintos programas televisivos y demás "campañas lite" de autoridades relacionadas con el ambiente, hablan de conservación de especies en peligro de extinción: tiburones, tortugas, etc.
Como es costumbre, el ser humano cree que lo controla todo. Piensa que algunas especies se pueden extinguir; pero ignorantemente, no se apunta en la lista y sigue haciendo desastres con el ambiente, producto de su ambición desmedida.
El planeta entero está sufriendo los embates del calentamiento global, con un aumento en el nivel del mar producto del deshielo de los glaciares; las inundaciones están ahogando a países enteros, que además se enfrentan a enfermedades como el cólera; las temperaturas han alcanzado niveles históricos; pero aún en estas condiciones extremas, no aprendemos la lección y seguimos retando a la naturaleza.
Irracionalmente, seguimos pensando en "minería a cielo abierto" en países tropicales, con la consiguiente deforestación de nuestros bosques, contaminación de ríos, erosión de la tierra y demás secuelas que seguirán modificando de forma irreversible las condiciones de vida de la especie humana y las demás especies que habitan el planeta. Todo por un supuesto desarrollo, que no es más que el enriquecimiento de un par de ambiciosos empresarios, que le quieren sacar hasta la última gota de sangre a la madre tierra, y luego compensar el daño con unas migajas que le dan a las poblaciones pobres de las áreas afectadas, construyendo una que otra escuelita para que los niños y niñas aprendan envenenados.
Los ciudadanos debemos aprender a elegir a gobernantes inteligentes, que entiendan que hay cosas en la vida que no tienen precio, por ejemplo: "La salud de un pueblo y la del planeta".