A un mes de concluir su período como defensor del Pueblo, Ricardo Vargas aseguró que a la institución le hace falta iniciativa legislativa y la facultad de poder citar a funcionarios que, de manera recurrente, son renuentes a comparecer o entregar información a la Defensoría cuando se les solicita.
Vargas aclaró que ningún gobierno es fácil porque a nadie le gusta ser supervisado. Además, dijo que ha tenido sus diferencias con los gobiernos en los que ha trabajado por diversos temas, pero sostuvo que ni el actual presidente ni Martín Torrijos lo han llamado nunca para tratar de torcer alguna postura que haya tenido la institución.
Por otra parte, mostró su desacuerdo con algunas posturas que indican que el ombudsman debe ser escogido por votación popular, asegurando que esto desnaturalizaría el cargo. "Se convertiría en un cargo político y, además, para poder ejercerlo habría que tener recursos para hacer una campaña a nivel nacional, y los partidos políticos fuertes terminarían apoyando y definiendo quién quedaría siendo contraproducente".
Ante la selección que está a punto de hacer la Asamblea Nacional, Vargas manifestó que lo importante es que debe ser una persona que cumpla con los requerimientos de la Constitución.
