Fue la parte más difícil, dar inicio al show, pero Erika Ender lo logró y lo hizo bien.
Erika, que en todo momento no ha dejado de lado su orgullo de ser panameña, presentó un espectáculo donde no hicieron falta polleras, congos, el acordeón de Ormelis Cortez y la fusión de ritmos brasileños y panameños.
Ante un público aún frío, porque se iniciaba el jolgorio de la noche, la artista que se hizo de fama componiendo temas a artistas de la talla de Chayanne, logró el respaldo de sus compatriotas.
Con el cabello espolvoreado, como ya se le conoce, puso a corear sus temas que, aunque desconocidos para algunos, no dejaron de gustar y en especial porque como mencioné al principio, Erika no dejaba de repetir con orgullo, que es panameña.