La belleza y alegrí de su majestad Aida I, engalanaron las principales avenidas de la ciudad capital en el año de 1926.
Aquellos carnavales eran muy distintos. A las reinas, que pertenecían al Club Unión, el público le tiraba flores, serpentinas y confetis, recuerda Gaspar Pacheco Amador, hermano de Aida I.
Según Gaspar Pacheco, a diferencia de ahora, no había culecos. Los hombres para halagar a una dama utilizaban las famosas jeringuillas, unos tubitos llenos de agua con colonia.
Todo el pueblo se volcaba desde la Avenida Central hasta la calle primera del Barrio de San Felipe, en donde estaba la casa de la soberana Aida Pacheco, para celebrar con la alegría que caracteriza a los panameños, estas festividades.
Eran cuatro días de fiesta y la sede central de la Reina de 1926 estaba ubicada en el Club Unión. Sin embargo, existían los famosos toldos, en donde el pueblo disfrutaba de las orquestas de la época, danzones y tamboritos.
Para los carnavales de 1926, los cuales se llevaron a cabo cuatro meses después del Movimiento Inquilinario de 1925, Aida I fue coronada en el Teatro Nacional, y los caballeros vestían esmoquin y las mujeres trajes largos.
Un toque característico en los carnavales de mi hermana, Aida Pachecho de Taylor, fueron los carros militares. "Recuerdo que el sábado de carnaval ella llegó en una nave de guerra de la Marina norteamericana al Muelle Inglés, que estaba ubicado frente a la Presidencia de la República", comenta el arquitecto Gaspar Pacheco.
Según este panameño de 91 años, su padre Ricauter Pacheco en compañía de otros amigos, fueron los primeros organizadores de las fiestas del rey Momo en Panamá. Ellos querían que nuestros carnavales se parecieran a los europeos de Niza, asegura don Gaspar.