A pesar de no ser un área de “extrema pobreza”, el corregimiento de San Francisco es azotado constantemente por una ola de robos en residencias y comercios a plena luz del día. La policía al parecer no cuenta con suficientes unidades ni equipo, sumado esto a las constantes regatas que se dan en sus principales avenidas en horas de la noche... muchos residentes me han expresado su profunda preocupación que deseo dejar plasmada en este artículo por la terrible situación que están padeciendo acompañados por si fuera poco de la indiferencia de las autoridades del corregimiento.
Un urbanismo desenfrenado, que conlleva la destrucción de las calles, y un ruido estresante, es el pan de cada día de los vecinos del área que muchas veces se ven obligados a vender sus casas porque no hay ser humano al que no se le pongan los nervios de punta con esto y más cuando se trata de personas mayores.
La proliferación de los bares y cantinas ha sido la nota característica de los últimos dos años, los cuales al ser ubicados en lugares residenciales y no contar con estacionamientos adecuados causan tranques vehiculares, y todo tipo de discusiones con vecinos que deben soportar toda clase de improperios de los concurrentes de estos establecimientos de expendio de licor, sólo por solicitar un poco de respeto por los espectáculos que se dan constantemente a altas horas de la noche.
Los buses o diablos rojos haciendo de las suyas, la falta de mantenimiento a las veredas, la ausencia de letreros de señalización vial, la cantidad de basura en las esquinas, perros en soltura, mendigos o piedreros muchas veces peligrosos, son sólo algunas de las cosas que parecieran empeorar día con día sin que nadie sepa ponerle el cascabel al gato, estos problemas deben ser solucionados por la Junta Comunal que parece brillar por su ausencia a pesar de que este año fue aumentado su presupuesto en inversión y funcionamiento.