Laudina Atencio, viuda de Batista, yacía varios años en una cama dependiendo de sus hijos Rigoberto y Katia, así como de su nieta Milagros.
Estaba pensionada y en sus años mozos se ganó la vida trabajando como doméstica en casas de familia.
Tenía cuatro hijos, de los cuales sólo Rigoberto vivía con ella, en tanto que Katia pasaba todos los días a ver cómo estaba, pues vive cerca del Sector 5B, según dijo.
La víctima vivía en la comunidad desde hace 40 años.
No era muy sociable, aseguró una de las vecinas que presenció el siniestro.
Las quemaduras que recibió fueron de primer grado y le abrieron-literalmente- la piel.
Algunos residentes se mostraron molestos por la tardanza de la Policía Nacional.
De igual forma llegó la División de Homicidios y de Explosivos de la Policía Técnica Judicial (PTJ) para iniciar las investigaciones de este caso que es el tercero en el 2004.