U n precepto jurídico muy antiguo nos indica que todos los seres humanos somos políticos por naturaleza. La política es el arte de administrar y trabajar por el bien de la ciudad (polis, en griego). De allí que un funcionario público hasta un representante del pueblo, electo por votación o mero autodesignado por las masas, es un claro ejemplo de político.
La tormenta desatada hace poco por la actuación de la presidenta panameña, Mireya Moscoso, bailando al son de un controversial legislador santeño, no es más que una desubicada acción que ha puesto en peligro la realización de las elecciones generales del 2 de mayo de 2004, ante presiones de la Mandataria hacia los tres magistrados del Tribunal Electoral, aquel ente que regula el evento de escogencia de los nuevos administradores de la cosa pública.
Para colmos, Roberto Lombana, quien fuera por años el jefe de los delegados electorales, ha lanzado una crítica hacia los magistrados del Tribunal Electoral, cuestionando el polémico decreto que autoriza a los funcionarios públicos electos por vía de las urnas a realizar campaña política.
Lombana indicó que la credibilidad del Tribunal Electoral está en entredicho y que hay riesgo de que si se desbordan las pasiones y no se actúa con frialdad, se perderán 14 años de democracia.
Desde hace ocho años veníamos diciéndolo: Los magistrados del Tribunal Electoral deben renunciar y renovar el cuerpo colegiado, para beneficio de todos. Y es que el caso de la guerra entre Mireya y los tres directivos electorales, junto con la polémica de la cuña publicitaria de Endara y el "Fufo" no son los únicos embrollos en que se ha metido la dirección de organismo electoral.
LIBRE POSTULACION
Cuestionable es el rechazo del Tribunal Electoral a la libre postulación presidencial y legislativa, puesto que para acceder a un puesto como diputado en la Asamblea u optar para ser mandatario de la República, hay que ser miembro de un grupo selecto de partidos políticos que controlan el destino de este país, cual oclocracia del Levante.
Confiamos en que habrá transición de Gobierno y que la democracia al final triunfará, al escucharse la voluntad del pueblo tras el escrutinio en las mesas de votación. Eso sí. Ojalá los magistrados cambien su parecer frente al tema del decreto politiquero y la libre postulación, porque todos los ciudadanos merecemos respeto y tenemos derecho a dar nuestras ideas y esfuerzos por el bien del país.