A diez años de la caída del Muro de Berlín, cayó uno de los últimos símbolos de la Cortina de Hierro en Europa: una valla metálica.
La cerca separaba la ciudad italiana de Gorizia de su vecina eslovena, Nova Gorica, dos poblados situados en medio de los Alpes.
Una multitud de personas se reunió alrededor de los alcaldes de ambas poblaciones, que desmantelaron con llaves inglesas y martillos la cerca para simbolizar el inminente ingreso de Eslovenia a la Unión Europea.