Hoy, miles de enamorados en todo el país se intercambiarán regalos y tarjetas del Día de San Valentín, producto del frenesí comercial relacionado a la fecha. Algunos serán costosos, otros baratos.
En unos casos, se habrá sorprendido en la madrugada a la pareja o pretendida con una serenata de mariachis. Igualmente, se recibirán y enviarán decenas de miles de mensajes y pensamientos alusivos al amor y la amistad por Twitter, Facebook y correos electrónicos.
Pero con la misma fugacidad con que llegó y se fue el Día del Amor y la Amistad, así mismo vendrán y se irán muchas relaciones. Parejas se separarán, matrimonios se divorciarán y amigos "del alma" se distanciarán por diferencias tontas, o sencillamente por distancia, falta de tiempo o porque terminaron los beneficios de ser "amigo" de aquella persona.
El amor y la amistad de verdad, no son sentimientos circunstanciales, ni motivados por una mera pasión sexual, ni mucho menos por un beneficio económico o social. En esta sociedad en la que el "que dirán" y la figuración social mueven los hilos de muchas personas, es importante saber escoger a nuestras amistades, porque el verdadero amor solo llega una o dos veces en la vida, y las amistades de verdad -esos que están con nosotros cuando las cosas se ponen difíciles- solo se pueden contar con los dedos de las manos.
El problema es que -como en todo- el amor y la amistad involucran una responsabilidad para con nuestro
a enamorado/a y para con nuestros amigos. A quienes realmente están dispuestos a sacrificarse por su amor y por sus amigos, a esos un Feliz San Valentín.