Una crisis de ganancia es muy diferente a una económica. En todos los países capitalistas se vive con crisis económica, unos más que otros, tanto así que ya es costumbre en Panamá, en donde sabemos que esta situación no mata pero tampoco engorda; aquí soportamos la pobreza del 70% de la gente con el mismo gusto que el 20% que vive del "fiao", y se ríe de ella el resto privilegiado.
Pero a ese 10% de comerciantes nacionales y extranjeros que se dobla de la risa se le desorbitan las pupilas cuando les amenaza una crisis de ganancias. Si tocas las ganancias de este grupo tan importante sin las consultas necesarias, es peligroso para el país.
Miren este sistema, en donde convivimos con un supuesto lego como "Bosco" y su despistado asesor (que me tenía engañado): lo último que haría un funcionario con dos dedos de frente en materia económica sería tratar de secarle la charca a los lagartos porque con esta acción arbitraria corre peligro de muerte toda la cadena alimenticia (léase: Chogorros, camarones, parivivos y todo el resto de los panameños).
Las principales guerras y desgracias en el mundo las han provocado "los lagartos" cuando necesitan más ganancias.
Fíjense, ¿qué necesidad tiene Panamá de explotar el cobre? ¡Ninguna! El 75% de los panameños y el 98% de las guaymíes de Bisirá, Canquintú y Nutiví se oponen a la minería; los que la aprueban son sapos del gobierno, sabiendo que el capital extranjero de cocodrilos antidiluvianos necesita ganancias, aún a costa de la devastación. ¿Por qué no se explota la verdadera mina que tenemos en Panamá, educando y manteniendo de 6 a 6 a los muchachos en las escuelas con desayuno y almuerzo incluido? Esto último daría al país una mayor ganancia y sería en suma la mejor distribución de la riqueza jamás vista.
