De focas s/f transcribimos el siguiente artículo dedicado al maestro de Pool, titulado: "Grandes animadores de deportes panameños. Don John de Pool".
Hay seres que guardan en su yo interno un no se qué invisible que los hace agradables, respetables y sus admiradores crecen en relación directa con el trato que de los humanos tengan.
Entre estos seres se encontraba hasta hace poco el anciano y venerable caballero don John De Pool, tronco de una honorable familia de nuestra ciudad.
De carácter afable, instruido y de gran experiencia adquirida en sus viajes por el mundo, don John gozaba entre nosotros los que amamos el deporte del cariño y del respeto. Su voz era escuchada con recogimiento y sus puntos de vista fueron meditados y analizados con la seriedad que ellos merecían.
Poseedor de una recia personalidad cultural, el señor De Pool, al convivir con nosotros, dio de sí todo lo que supo y puso al servicio de nuestra Patria sus conocimientos sin regateos ni ambiciones que no fuera las de ver salir airosa la causa que él sostenía.
Dentro del aspecto deportivo, don John De Pool tuvo participación destacada. Singular empeño puso en la organización del clásico deporte de la esgrima. En una lucha titánica lo vemos instalar una sala, que sólo él sabía cómo se sostenía. Congregó a su lado un grupo de jóvenes panameños y algunas unidades extranjeras. En la enseñanza puso a prueba su vocación y sus conocimientos. Encontró madera y maestro como era, la clasificó y la educó con el celo y el entusiasmo de quien sabe que saldrá algo bueno.
Con estas inquietudes llegan los cuartos Juegos Olímpicos Centroamericanos y del Caribe y la esgrima figura entre sus deportes. Don John acepta la responsabilidad de preparar sus atletas para esta competencia internacional a sabiendas de que sus contenedores eran caballeros de hasta (sic) experiencia y que provenían en su mayoría, de países hermanos, donde este elegante y clásico deporte estaba en actividad constante.
El resultado de las juntas son del dominio público. Sus discípulos se portaron a la altura. Más de uno de los contenedores tuvo frases de elogio para nuestros atletas y les auguró un futuro brillante.
Terminado el compromiso aceptó llevar a sus atletas a la ciudad de Bogotá y del desempeño que allá tuvieron se preocupó la prensa de toda nuestra América. Los nombres de De León, Racines, Sosa (Chuma), etcétera, se escribieron en letras de oro. Don John había triunfado. Había logrado en su deporte predilecto, pues había sido campeón de Cuba en su juventud, un galardón para su querida Panamá.
Continuamos el próximo domingo con la parte final de este artículo.
|