La situación que se produjo la tarde del martes en el área bancaria pone al descubierto que los estamentos encargados de atender situaciones de emergencia, no tienen el equipo necesario para dar respuesta rápida a un hecho de esa índole.
Gracias a Dios, no hubo víctimas fatales, pero sin duda que la explosión parcial de un camión cisterna cargado de gas butano en una zona en la que operan bancos, hoteles, casinos, restaurantes y universidades, pudo cobrar centenares de víctimas. Por suerte los mecanismos de seguridad del propio vehículo surtidor se activaron y se minimizaron los efectos.
Sin embargo, se descubrió que el Cuerpo de Bomberos de Panamá no cuenta con carros dotados de ascensores para la extinción de incendios en edificios. Se trabajó con las uñas. Hubo dificultad para sofocar el fuego en un inmueble de apenas cuatro pisos. ¿Qué habría pasado si la situación de emergencia fuera en uno de los enormes edificios que hoy han convertido a la ciudad de Panamá en una selva de cemento?
El contenido del cisterna era una bomba en potencia y sólo un milagro evitó que hoy el país estuviera inmerso en un duelo nacional. Ante lo sucedido hay que acelerar las compras de los equipos que requieren los camisas rojas para realizar su labor y reforzar los ejercicios de defensa civil para preparar a todos los sectores de la nación, para tener capacidad de reacción ante una eventualidad como lo registrada anteayer. ¡Es probable que la próxima vez no tengamos la misma suerte!