Acudió como lo hacía regularmente: bien temprano en la mañana, a realizar ejercicios, pero lo que menos se imaginó una moradora de Villalobos, en el corregimiento de Pedregal, era la desagradable sorpresa que se llevaría.
Y es que cuando ella pasaba ayer, miércoles, por las cercanías de una quebrada divisó el cuerpo de un hombre, que tenía puesto un pantalón jeans, un suéter azul sin mangas y zapatillas negras.
El hombre estaba atado de pies y manos y se le vía un orificio atrás de la cabeza.
Antes de que concluyera el proceso del levantamiento del cadáver llegó al lugar una mujer que identificó a la víctima como su esposo de nombre José Antonio Rivera Castillero, de 23 años.
La víctima residía en la barriada Los Nogales, en el corregimiento de Las Mañanitas, y había desaparecido desde las 10:00 de la noche del martes, por lo que su esposa interpuso la denuncia ayer.
Una llamada anónima informó a las autoridades sobre la presencia de un auto Nissan oscuro, con placa 860749, en la intersección de las barriadas El Nazareno y El Realengo de San Joaquín, también en Pedregal. El auto resultó ser de la víctima.
Se desconoce el móvil de lo que aparenta ser una ejecución. Los vecinos del lugar dijeron no haber escuchado disparos, por lo que se presume que fue asesinado en otro lugar.