Estados Unidos aceptó ayer la propuesta de Panamá para que una comisión técnica integrada por técnicos del MIDA y representantes de productores y ganaderos inspeccione las plantas norteamericanas para verificar sus controles fito y zoosanitarios.
Ese es un paso fundamental para retomar la carrera final hacia la firma definitiva de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambas naciones. Superados esos obstáculos, se debe acelerar la negociación de un tema del cual ambos países vienen negociando desde hace casi cuatro años.
Panamá tiene facilidades y características para ser un socio comercial "estratégico" de Estados Unidos, pero el éxito de concretar un TLC con los norteamericanos, depende no sólo del gobierno panameño, sino también de los sectores productivos del país.
De hecho una porción importante del universo arancelario panameño se ubica en un gravamen del 8%, uno de los más bajos del continente. La nación panameña tiene otras ventajas como su posición geográfica, el Canal, la Zona Libre, el centro bancario, excelentes puertos, el uso del dólar, el sector transporte y modernas facilidades para las telecomunicaciones.
Se estima que empresarios norteamericanos mantienen en Panamá inversiones por más de 1, 200 millones de dólares y un TLC podría incrementar la instalación de nuevas inversiones estadounidenses. Aparte de eso casi 20 mil norteamericanos residen en Panamá.
La Unión Norteamericana es un gran mercado para Panamá. Sólo el año pasado, los estadounidenses realizó importaciones valoradas en $407, 100 millones en bienes de consumo, $379, 600 en bienes industriales, $239, 900 millones en automóviles, partes y otros motores, y $68, 100 millones en alimentos.
Los panameños deben abordar la nave que nos lleve a la firma de un TLC, de lo contrario nos quedamos varados, mientras países como Chile, México y los centroamericanos ya tienen acuerdos con los norteamericanos.