Si por leyes y reglamentaciones deportivas fuese, nuestro país, estoy seguro, sería uno de los más avanzados en cuanto a la materia se refiere; pero, lo cierto es que, en nuestro subdesarrollada nación, cuando la ley y la realidad se encuentran ni se saludan.
Una vez, en un sitio histórico de la ciudad de Panamá, pregunté a una atleta: En cuanto a apoyo económico, ¿cuál es tu situación? La deportista, con pausada y serena voz, me contestó: "apoyo económico no recibo, pero sí apoyo moral"... Y como dice el viejo adagio: "a buen entendedor, pocas palabras bastan".
Es grato el esfuerzo que algunos presidentes de federaciones deportivas nacionales hacen, para sacar a sus respectivos deportes adelante. Pues aquí, en este pequeño país, hay dirigentes que realmente aman al señor deporte y con tal de conseguir el beneficio para este señor, denuncian, sin tapujos, el poco apoyo.
Pero, ¿cómo lograr el tan anhelado desarrollo deportivo si el INDE, el jugador número diez de la cancha, el eje, el llamado a ser el motor, promotor y organizador del deporte carece de visión? Por esto el equipo está desorganizado.