La Casa Blanca realiza una campaña desesperada a favor de su candidato al Tribunal Supremo, el juez Samuel Alito, y ha pedido al Senado que vote "sí o no", pero que no alargue más el proceso de confirmación.
Los republicanos se han tomado en serio las amenazas de la oposición demócrata, que ha alertado de la posibilidad de filibusterismo (subterfugio parlamentario para prolongar debates e impedir votaciones) y han respondido con una guerra retórica que capitanea el presidente estadounidense, George W. Bush.
El voto, previsto para el martes, fue también el tema central del discurso radiofónico pronunciado por el presidente Bush, quien describió a su candidato como un hombre de "gran personalidad e integridad".
Pero demócratas como John Kerry o Hillary Clinton amenazan con torpedear el proceso y dicen que harán lo imposible para que el filibusterismo salga adelante.
Muchos analistas dudan que los demócratas impidan la elección.