El político estaba ante una situación que no sabía cómo actuar. Quería ir a varias barriadas populares a buscar votos. Lo malo era que en su vida personal nunca se había "dado un baño de pueblo".
Por lo tanto, no sabía cómo "llegar" a lo que ahora llaman con orgullo los "ghettos".
Como era un candidato "yeyé", sus asesores y jefes de campaña pertenecían a su mismo nivel social. Es decir, nada sabían de la vida de miles de panameños pobres.
Conversaba esta situación con su "equipo de campaña". Y el jardinero "vida-ajena" lo escuchó. ¡Entonces apareció la solución! Señaló el humilde jardinero que él conocía personas de barrios "populares" que organizaban mítines.
Claro que había que pagar la comida, los tragos, y otros gastos de la actividad.
Se sonrió el político. Plata era lo que le sobraba, tanto de la suya como de sus amigos que querían tener negocios con el próximo gobierno.
Fue contacto determinado señor, gracias a la diligencia del jardinero, quien recibió "un bono" por su genial idea.
¿Cuántas personas quiere en el mitin? ¿Los desea con mucho entusiasmo, regular o poco? ¿que también se griten insultos contra candidatos contrarios? ¿Ofrecerá sancocho o arroz con pollo? ¿Que tipo de bebidas habrá? ¿Cuánto tiempo durará el mitin?
Esas fueron algunas de las preguntas que le hicieron a los representantes del candidato. Una buena suma de dinero tuvo que pagar para conseguir un mitin de "puro pueblo".
Por unos dólares más hasta se retrató besando niños y mujeres gordas.
Todos salieron contentos del mitin. Ya en su casa rodeado de sus jefes de campaña, el candidato exclamó: "¡ Nunca pensé que le cayera tan bien a esos pobretones!
Lo que no sabía ese y otros candidatos que pasaron por la conocida barriada "bruja", era que todo fue un espectáculo. Era un "show" que se repetía cambiando el nombre del candidato.
Sucede que varios "emprendedores" buscaron la manera de ganarse unos reales y divertirse con la política.
Al final, fueron considerados héroes en la comunidad y sus buenos billetes se ganaron.
Era una especie de negocio que podríamos llamar "Mítines, S.A. servía para adular a aquellos políticos que nunca se preocupan por los pobres.... ¡y ahora les pedían el voto!
Esto no es un cuento. Sucedió hace años, según me dijeron personas muy serias.
La pregunta obligada es ¿no ocurrirá algo parecido en estos momentos?
