Después de una noche de rumba y alcohol, los hombres creen que lo que sigue es sexo interminable. Al parecer, el alcohol los hace sentirse unos machos, pero se equivocan porque no favorecen el placer sexual.
Al estar ebrio, se pierde el control mental y físico. Aunque la eyaculación demore, hacen sentir a su pareja insatisfecha, porque no piensan ni analizan lo que está sucediendo. Mantener sexo con un hombre ebrio es de lo más desagradable, y así lo afirmaron 10 de 15 chicas que entrevistamos.
La gran mayoría de las chicas manifestó que el hombre tomado se enloquece y hace cosas que la lastiman no solo físicamente, sino también sexualmente.
Para María Luisa, de 33 años, el olor a alcohol le quita las ganas de tener sexo, y lo peor es que su hombre nunca termina.
En tanto Lisbeth, de 26 años, asegura que si ella está tomada, le encanta mantener sexo con un hombre igual de ebrio que ella, ya que ambos están dispuestos a cumplir sus fantasías sexuales.
Muy aparte del gusto de las mujeres, hay que tomar en cuenta que el alcohol, al igual que la marihuana y demás drogas, afecta mucho a la sexualidad. A nivel cerebral, actúa sobre el lóbulo frontal, alterando la capacidad de juicio y autocontrol. Y modifica, en consecuencia, la percepción sensorial, los estímulos sexuales y la conducta del individuo.
El deseo sexual puede ser más activo, más proclive al "flirteo" o actitudes seductoras como mayores risas, caricias, etc. Pero el placer auténtico no se logra con ingestión masiva de alcohol y puede interferir en alcanzar el orgasmo. También puede influir en la dificultad de la erección.