Ya empezó la temporada de verano en Panamá. Eso significa que miles de nosotros pasaremos varios fines de semana en playas, ríos, balnearios, piscinas y parques acuáticos. Todos buscmos unas horas de sana diversión, aunque pareciese que algunos no tienen idea de lo que están haciendo cuando se acercan al agua.
Como esos muchachos que llegan a bañarse a un río que no conocen, y se lanzan clavados desde árboles, riscos y rocas, sin siquiera fijarse en la profundidad del agua. De esta forma han muerto o quedado paralíticos cientos de niños, jóvenes y adultos.
¿Y qué hay de los que se creen Aquaman y nadan en las playas hasta alejarse de la orilla? A esto pueden aventurarse únicamente algunos nadadores expertos, y sólo cuando conocen las corrientes de esa playa.
A otros les da por correr y hacer payasadas a orillas de la piscina. Cualquier resbalón en esta peligrosa zona puede ocasionarnos una contusión, una fractura o un ahogamiento.
¿Y los que se meten al agua borrachos? Esos se están casi que garantizando una muerte por ahogamiento, de esas que por desgracia no faltarán en este verano, dado que en el país no hay la suficiente cantidad de salvavidas para cubrir las principales playas del país.
Pasarse un día entero bajo el sol de la playa puede causarnos una insolación. Pasarse un día entero bajo el sol sin aplicarnos bloqueador solar nos hace merecernos esa insolación.
La peor clase de imprudencia es la que cometen algunos padres, que no le ponen la debida atención a los hijos pequeños en las playas y ríos. Después están lamentándose cuando sucede una desgracia. Recordemos lo que pasó con los trillizos italianos en Las Cumbres.