La crisis política abierta en Bolivia y la polarización "étnica y regional" que ha emergido en el país favorecen el auge de grupos violentos escuchados por sectores cada vez mayores de la población, opinó ayer un analista.
La "dificultad" para hallar consensos sobre temas fundamentales entre el Gobierno que preside Evo Morales y la oposición "alimenta" a varios grupos radicales existentes en el país, que son "afectos al uso de la violencia", explicó el analista político Jorge Lazarte.
Morales y los nueve prefectos (gobernadores) regionales, seis de ellos opositores, iniciaron el pasado 7 de enero un proceso de diálogo para llegar a consensos sobre los conflictos abiertos en el país.