REFLEXIONES
"Estados Unidos: día de inauguración"

Carlos Chirstian Sánchez
Frente al Capitolio de Washington DC., es común que los presidentes electos de la Unión Americana declaren formalmente inaugurada su administración. Hoy se hace historia. George W. Bush Junior asume el poder en la Casa Blanca, dejando atrás a los ocho años de gobierno demócrata. Toda una era política ha terminado, en donde la recuperación económica estadounidense fue el mayor "milagro" de fines del Siglo XX y la consolidación de Norteamérica como superpotencia unipolar resultó en un éxito sin muchas complicaciones. El Republicano George Bush deberá afrontar grandes retos desde esta misma fecha. Debe lidiar con un Congreso sin clara mayoría conservadora partidista en las dos cámaras; hay signos de una recesión económica fuerte en este país de doscientos cincuenta millones de personas y también hay una tarea mucho más difícil: definir el papel de potencia líder, su política exterior y su estrategia de despliegue militar en el mundo. En lo referente a la relación con Panamá, ya parece haber una perspectiva general de Washington: cooperación en lo referente a los asuntos canaleros y fortificar la sociedad comercial bilateral. Estados Unidos es el mayor cliente del Canal Interoceánico, además del socio cercano al Istmo, por la alianza del Tratado de Neutralidad Permanente. El flujo comercial con el coloso norteño es enorme en todas las ramas: tecnología cibernética, autos, banca, transnacionales de productos de comidas rápidas, dominio sobre el mercado televisivo, publicidad y hasta el dólar estadounidense es de curso legal en el Istmo desde 1904. Bush Junior plantea un acercamiento paternal hacia la América Latina, en especial los socios centroamericanos y caribeños. Con México como puerta de entrada al mercado del NAFTA, Panamá puede tener muchas oportunidades para expandir sus negocios con Washington. Es más, la administración Bush defiende el Libre Comercio en todo el Hemisferio Occidental, un gran sueño irrealizable hasta ahora. ¿Puede Bush Junior cumplir con la meta de integrar América por medio del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), antes del 2005? Esa respuesta la conoceremos en los próximos cuatro años. Sin duda alguna, ahora que Panamá será sede temporal de la Secretaria del ALCA, cuando se refuerce la política de apertura turística hacia el mercado estadounidense y se amplíen las facilidades de los centros multimodales de transporte en las riberas canaleras, los Estados Unidos mirará hacia nuestro país como punto fundamental para su comercio en la región. Pero en el ámbito de la seguridad nacional estadounidense, existen complicaciones que serían muy graves para Panamá. La Administración Republicana da signos de no tomar en cuenta la limpieza de los polígonos de tiro en Nuevo Emperador, Balboa West y Piña. Igualmente, la implementación del "Plan Colombia", que resulta en una abierta intervención norteamericana en el vecino país sudamericano, constituye un problema de imprevisibles consecuencias, si Panamá decide apoyar semejante proyecto. Sectores en el Partido Republicano han sugerido rescatar lo perdido con los tratados canaleros de 1977: instalar una base militar en el Darién o rehusar el complejo HOROKO (el área donde están las antiguas bases de Howard, Rodmann y Kobee), con netos fines militares. Dejando atrás las especulaciones referentes a lo bueno o malo que haga el Presidente George Bush, deseamos fervientemente que el nuevo gobierno estadounidense considere formalizar unas excelentes relaciones diplomáticas con Panamá, para incentivar la amistad y cooperación bilaterales. Ojalá se cumpla ese objetivo en este nuevo siglo.
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