Cuando el balón está rendido a sus pies y con elegancia empieza a regatear a sus rivales, le da a uno la impresión que el estadounidense Freddy Adú, de 17 años, es uno de esos jugadores llamados a alumbrar con su talento los grandes escenarios del fútbol planetario, en los años venideros.
A los 14 años, debutó en el Mundial Sub-17 de Finlandia 2003, donde hizo de las suyas, lo que motivó al DC United de la MLS de los Estados Unidos a hacerse con sus servicios. Luego jugó la Copa Mundo de Emiratos Árabes Unidos en el 2005.
El volante de origen ghanés, confiesa que el fútbol europeo lo seduce, pero éste también lo llama: el Chelsea y el Manchester, actualmente, estudian la posibilidad de ficharlo.
¿Se convertirá Adú en un "crack" o será una promesa más, como lo fue, en su momento, el brasileño Denilson?
La noche del miércoles, a Adú se le vio jugando sereno, tranquilo. Su técnico, Thomas Rongen, al ser interrogado sobre su rendimiento ante Haití, aseguró que la primera orden que le dio a Adú -y a todos sus muchachos- es que hagan fluir el balón y que sean menos individualistas.
Tal vez, por este mandato de su director, fue que Adú trataba de pasar más la pelota, aunque, en algunas ocasiones, se le pudo observar aquéllos destellos que lo han llevado a que lo bauticen como el "niño prodigio" del fútbol norteamericano.
Curiosamente -cuando se rumora de su posible traspaso al fútbol inglés- el miércoles estuvo en las gradas del Rommel Fernández el chileno Jorge Alvial, un observador del Chelsea, quien con la mirada siguió a Adú por todo el terreno de juego. "Es un jugador muy interesante", se limitó a decir.
Entre las pocas palabras que le pudimos "arrancar" a Adú, dijo que le ha gustado Panamá. "Me encantaría jugar en España", contestó brevemente antes de entrar a los vestidores del Rommel.
Hoy, su talento será puesto a prueba por la selección Sub-20 de Guatemala, a partir de las 6:30 p.m.