El aire estaba encendido desde muy temprano, por lo que el frío llegaba hasta los huesos. Primer timbre, 8:15 de la noche.
Poco a poco, reconocidas figuras de la política, empresarios, artistas e invitados internacionales se acercaban a la platea y a los balcones del Teatro Nacional. "Señorita me indicaría dónde queda este puesto". 8:20 p.m., segunda llamada.
Empiezan los aplausos, 8:28 p.m.; el público se impacienta.
Seguían llegando personas ansiosas de disfrutar de un espectáculo único. Última llamada, 8: 30 p.m. Se apagan las luces.
Bienvenidos a la Noche de Gala del IV Panama Jazz Festival, homenaje a Bárbara Wilson.
Un desfile de personalidades representaron las empresas patrocinadoras y, por supuesto, la mente maestra detrás de este gran proyecto, Danilo Pérez.
Llegó la hora. Unas cuatro figuras con instrumento en manos aparecen en el escenario, y empieza el espectáculo.
La música de Reggie Boyce y el jazz Effects retumbaron con un eco estrepitoso en los corazones de los asistentes. Danny Clovis, Antonio Jamerson, Idania Dowman y Alberto Phillips dieron lo mejor de sí.
DE CAMPIÑA
Con una ovación gigantesca, se despide a los cuatro invitados y se le da la bienvenida al jazz de la campiña, de los pueblos: la décima cantada por Jazmín Muñoz y Tano Mojica.
Improvisaron con el reto de encantar a punta de lírica. No faltó aquel que de la emoción salomara.
Los sentimientos se transformaban en sonidos armónicos con la aparición de Danilo Pérez y la llamada nueva generación del jazz panameño: Milagro Blades, Jahaziel Arrocha y Tony Maduro, dieron de qué hablar.
Los invitados especiales como Ready Boy, Milly Bernejo e Irania demostraron un apego sin igual a la buena música.
Y para el gran final, un acoplamiento sin precedentes con la ayuda del New England Conservatory, Berklee College of Music, con los invitados especiales, La nueva generación del jazz y Danilo Pérez. Sólo queda decir ¡WAO!