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En un escándalo apocalíptico está metida la Policía Técnica Judicial por el caso del asesinato del cónsul José Manuel Ciérvide. Daniel Julio, testigo que debía identificar al supuesto homicida del diplomático, acusó a la PTJ de sobornarlo con cinco mil dólares para que declarara lo que ellos indicaran, pese a que no estuvo en el lugar de los hechos. Julio debía reconocer a Ricardo Hines, detenido como supuesto criminal de Ciérvide.
El martes 14 de enero, la PTJ pretendía realizar la rueda de reconocimiento para que Daniel Julio identificara a Hines, pero los abogados Edilberto Vásquez (de Hines) y Nemesio Eduardo Fajardo (de Julio,) suspendieron la acción porque sospechaban que "algo escabroso" ocurría.
Vásquez dijo que Hines no recibiría garantías procesales, porque en la rueda de reconocimiento lo iban a rodear de hombres de tez morena, pero de estatura baja. La identificación del asesino lo presenta como moreno y alto.
A juicio de Vásquez, lo que intenta impedir la PTJ es que el supuesto principal testigo, Frank Cabrera, declare. Cabrera se encontraba con el cónsul el día del homicidio y recibió dos disparos a quemarropa en ambas piernas.
Vásquez y Fajardo afirmaron que Julio no es testigo presencial del hecho. "Quien debía realizar la rueda de reconocimiento es Cabrera, pero él no reconoce a nadie", dijeron.
PTJ CONTACTA A JULIO
Hace unos días, Daniel Julio iba a la tienda cuando fue abordado por dos miembros de la PTJ. Las unidades - según Fajardo- le preguntaron si conocía a Daniel Julio, (a) "Belleza". Julio contestó: "yo soy al que buscan". Lo citaron a la PTJ. Allí le informaron todo lo relacionado con el caso.
Vásquez dijo que los PTJ adiestraron a Julio en lo que tenía que decir en su declaración jurada, desde el reconocimiento del vehículo que usaron los asesinos y la identificación de Hines hasta la forma cómo involucraría a Justiniani.
Le dijeron -detallaron Vásquez y Fajardo- que no tenía que decir el nombre de Justiniani. Sólo debía identificar a Hines y señalar a un ciudadano con el alias de "Sapo" y a otro con el nombre de Rafael Rodríguez Palacios alias "Rafa".
Según los abogados, la PTJ (con anuencia del delegado de la Fiscalía Auxiliar) falseó la declaración jurada de Julio. El documento, según comentaron, contenía serias irregularidades como nombre, cédula, dirección y trabajo de Julio.
LAS MENTIRAS
La declaración jurada señalaba que Julio era conductor de una empresa, pero según Fajardo y Vásquez "éste no sabe ni siquiera conducir". También se asegura que estaba en el lugar de los hechos y que vio la placa del auto en que escapaban los asesinos. Pero Julio "no sabe leer ni escribir y sufre un problema mental, así que mal pudo ver la placa de un vehículo en un lugar donde no estuvo", destacaron. Estando dentro de la PTJ, un inspector atendió a Julio. El hombre de tez morena, alto y con gafas, le aseguró que si decía todo tal y como se lo había explicado, entregaría en sus manos 5 mil balboas.
SILENCIO SEPULCRAL EN LA PTJ
Fuentes de la PTJ manifestaron que por la "abierta y absurda" prohibición que mantiene el Ministerio Público contra la PTJ que impide dar información a los medios de comunicación, la versión de Vásquez y Fajardo no se refutaría de manera oficial. Sin embargo, aseguraron que se trata de un "show montado por ambos abogados para desviar las investigaciones". Fajardo y Vásquez aseguraron que cuentan con las pruebas para acreditar jurídicamente sus aseveraciones y lo harán, caiga quien caiga.
LA MADRE DE JULIO
La madre de Julio, Bernarda Pineda, dijo que había notado que después del homicidio del cónsul, su hijo llegaba a casa pasada la 1:00 a.m. o no llegaba, cuando no trabajaba. Confesó que le llegó el rumor que su hijo estaba involucrado en el asesinato. Le preguntó cara a cara si esto era cierto. Julio lo negó y le relató forma cómo fue contactado por la PTJ. |