SUCESOS


Una jovencita lo mató a sangre fría

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Omar Wong Wood
Crítica en Línea

Una menor de 14 años en compañía de uno de 19, asesinaron de seis disparos -uno de ellos en la boca- a Luis Alberto Urrutia Arosemena, de 21 años, en el sector de Calle 17, Santa Ana. Serían las 7:20 p.m. de la noche del lunes 14 de enero. Luis Alberto pasaba frente al "Hotel Ideal", en la acera de la CSS, al lado de su mujer, conocida como "Nena".

Repentinamente fue atacado por Edgar Candanedo, quien con pistola en mano, lo amenazó y le propinó dos disparos. Eso, según versión de la Policía. Seguidamente, Edgar dio el arma -una 9 milímetro- a la menor de 14 años, de nombre N. Y. González. Ella apretó el gatillo en cuatro ocasiones contra la víctima que caía al pavimento. Ella asestó los disparos que acabaron con su vida.

La menor fue capturada por unidades de la Policía Nacional horas después del crimen. Los miembros del orden público encontraron en su poder el arma que presuntamente utilizó para cometer el asesinato. Aún tenía 6 municiones vivas. Ayer, los operativos continuaron en el corregimiento de Santa Ana, donde se capturó a Edgar Candanedo.

¿PORQUÉ?

Por venganza. La menor, según los informes, dijo que disparó contra Luis Alberto por que hace meses él estuvo involucrado en el asesinato de una prima. "Ojo por ojo, diente por diente". Sin embargo, los archivos de la Policía Nacional registran que el hoy muerto mantuvo sólo un caso por robo a mano armada. No ha descartado la versión ofrecida por la menor, ya que en muchos casos la complicidad de los testigos impide que algunos asesinos sean capturados.

Otro informe asegura que enemigos de Luis Alberto, quien residía en la Multi San Martín de San Miguel, pagaron una fuerte suma de dinero a la menor para que ésta lo asesinara. Esa versión no ha sido acreditada en el expediente. Lo que si quedó acreditado es que a su corta edad, la menor fue detenida por posesión ilícita de drogas y armas de fuego, en junio de 2002.

Igualmente quedó establecido que el muerto, Luis Alberto, perteneció en otrora a la banda "Los Toca y Muere". Luis Alberto no estaba armado al momento del crimen y quienes lo conocieron aseguran que ya no pertenecía a ninguna banda delictiva.

UN ARREPENTIDO

En el vecindario era considerado un muchacho que le gustaba el deporte, callado y trabajador. Su mujer, desecha en dolor, confirmaba a sus vecinas que ella ya lo había "sacado de eso" (pandillas) y que él no tenía problemas con nadie.

No conoce a la adolescente supuesta asesina. La primera vez que la vio, fue cuando pasó al lado de ellos la noche del crimen. Se detuvo enfrente y empezó a disparar. La sorpresa del ataque le ha dejado en sus recuerdos la presencia de la jovencitta descargando la pistola en el cuerpo del padre de sus dos hijos: uno de 3 años y otro de año y medio.

TERROR

Las bandas juveniles se están tomando las calles de la ciudad capital. En las últimas semanas se han registrado balaceras donde los protagonistas son pandilleros.

 

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