Hoy la República de Chile hará un gran paso hacia su modernización completa como Estado democrático y participativo. Esto se complementaría en el caso que la candidata oficialista, Michelle Bachelet, logre transformarse en la primera presidenta de esta nación sudamericana, de ganar la segunda vuelta electoral de esta fecha.
La ex ministra de Defensa y médico de carrera ha sido un ejemplo de una generación que sufrió bajo la dictadura militar. Con 54 años, está líder socialdemócrata busca romper con el estigma que las mujeres no saben administrar el Gobierno.
Bachelet enfrenta al candidato derechista Sebastián Piñera, de 56 años, un exitoso multimillonario que ha prometido generar más de un millón de empleos.
Pero hay un factor muy interesante en estas elecciones que vale la pena recalcar. Para nada ha influenciado la oscura figura del ex general Augusto Pinochet, quien entre 1973 hasta 1989 gobernó a Chile a diestra y siniestra, violando los derechos humanos e implantando una Constitución a su medida.
El ex dictador ahora no es más que un anciano de 90 años, sin el poder que otrora hubiera podido decidir a qué candidato presidencial las Fuerzas Armadas y la derecha extremista teníaN que respaldar.
El nuevo Gobierno chileno tiene pendiente muchos asuntos, incluyendo la firma de un acuerdo de libre comercio con Panamá. El presidente Martín Torrijos visitará esta semana a Chile para acercar posiciones con el saliente mandatario Ricardo Lagos.
Chile es el quinto usuario del Canal interoceánico. Sin duda, con la victoria de Bachelet, de cumplirse todos los pronósticos, ese acercamiento se acelerará y nos permitirá abrir una puerta directa hacia el MERCOSUR y su gran zona comercial.