El despliegue militar estadounidense en los países afectados por el maremoto está siendo interpretado por medios y analistas como un intento de limpiar la imagen bélica de Washington en las naciones musulmanas, concretamente en Indonesia.
La Casa Blanca ofreció 350 millones de dólares para la reconstrucción de las naciones afectadas y una buena parte irán a Sumatra, la zona donde hubo cien mil muertos.