El Ejecutivo ha demorado la divulgación de las reformas tributarias y las proyectadas para la Caja de Seguro Social (CSS). Todo indica que esa presentación tardía representa una estrategia para evitar un ataque anticipado a las iniciativas gubernamentales.
Hasta ahora, eso le había funcionado, pero ya han salido los sindicatos, los Usuarios de la Zona Libre y los vendedores de bienes y raíces, para dejar escuchar su voz de protesta por el ocultismo oficial.
El tema tributario que se debió tratar en el Gabinete del martes pasado, ahora fue pospuesto para ser debatido el 11 de enero. Sobre la iniciativa para salvar del colapso al Seguro Social, poco es lo que se sabe, salvo los análisis que realizan el exministro Orville Goding y la actuaria Marianela Morales.
Ya el Ejecutivo debe entender que debe presentar sus cartas y explicar cuáles son los planes, porque la incertidumbre no beneficia a nadie y menos a la inversión.
Sin duda que el oficialismo tendrá que pagar un costo político por sus reformas, pero eso son los gajes propios del ejercicio del poder y como bien dijo un expresidente, es mejor tomarse el purgante ahora, que dejarlo para más tarde. Lo que se impone es explicarle a la sociedad el alcance de las reformas fiscales y a la seguridad social.