Puede que el imaginario colectivo crea que las mandíbulas más feroces son las del tiburón, sin embargo, el escualo tiene un rival en el reino animal: la termita de Panamá.
Un estudio de la Universidad de Florida y un instituto de investigación tropical de Panamá ha logrado grabar con una cámara de alta velocidad el ataque de una termita a un invasor de su nido a 40.000 frames por segundo. Con una velocidad de mordida de 70 metros por segundo este insecto neóptero puede presumir de poseer las mandíbulas más rápidas del reino animal.
Marc Seid y Jeremy Niven del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales trabajan en el laboratorio de neurobiología del organismo, construido para utilizar la amplia biodiversidad de insectos en Panamá para entender la evolución de la miniaturización cerebral.
"En última instancia, estábamos interesados en la evolución de los cerebros de las termitas soldado y cómo emplean sus diferentes armas defensivas", explica Seid, que ha contado con la colaboración de Rudolf Scheffrahn, de la Universidad de Florida.