Un soplete fue la herramienta utilizada para destruir unas mil 800 armas de fuego de distintos calibres durante una ceremonia acontecida ayer, miércoles, en las instalaciones de la sede de la Policía Nacional ubicada en el corregimiento de Ancón.
La cantidad de armas corresponde a las acciones policivas realizadas en las calles y de los programa de "Arma por comida" durante los años 2007 y 2008. Todas pasaron por un proceso legal.
El ministro de Seguridad, José Raúl Mulino, manifestó que cada arma de esas simboliza un crimen y un asalto por lo que "lucharemos para que Panamá sea un país libre de armas y pacífico".
El funcionario expresó que esas armas tienen como significado el narcotráfico internacional, y es por eso que producto de las acciones de vigilancia, en los últimos meses los estamentos de seguridad han decomisado un aproximado de 90 toneladas de drogas.
El pasado martes se firmó la resolución en la que se establece que se prohibe la importación de armas, ya que el volumen de armamento que se introduce para la venta ilícita, es enorme en cantidad y variedad; y cada 60 ó 45 días se realizaban nuevamente las compras, y se comprobó que existía una relación del volumen con las armas recuperadas en las calles.
En tanto, el representante del Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), Peter Brosman, indicó que en Panamá-por su ventajosa posición geográfica-el tráfico de armas y de drogas "hacen de la suyas", ya que en toda centroamérica los delitos de homicidio se elevaron aun 80%, por armas de fuego.
Destacó que solamente en Panamá, en el 2005, los homicidios ocasionados por arma de fuego llegaron a un 50%, mientras que en el 2009 se incrementó a la cifra de 80%.
El acto de destrucción inició en las manos de la gobernadora Mayín Correa, seguida del ministro Mulino.
El sitió se llenó de humo mientras los sopletes realizaban su trabajo de cortadura de herramientas bélicas. Hasta la fecha, la Policía Nacional ha decomisado unas mil 300 armas, de las cuales 93 son fusiles Ak-47.