San Judas Tadeo es uno de los santos más populares, gracias a los numerosos "favores" que concede a sus devotos. Por algo es conocido como el "Patrón de los casos difíciles y desesperados". Al igual que en Panamá, en Alemania, Italia y otros países de América, tiene muchos seguidores.
En Panamá se cuenta con una reliquia de este santo: una astilla de hueso. En torno a esta pieza ósea se reúne una multitud incontable. Para hoy, en el santuario ubicado en Jardín Olímpico, se esperan miles de personas para participar en una demostración de fe a través de la tradicional procesión y luego la misa que será oficiada en la Arena Roberto Durán.
El templo en honor al santo es hoy uno de los más hermosos que existen en Panamá. La pequeña parroquia ha dado paso a una moderna instalación. La devoción hacia San Judas Tadeo demuestra que el panameño todavía no ha perdido su fe, y es capaz de poner en Dios sus esperanzas.
Durante su adolescencia y juventud, Judas fue compañero de Jesús. Cuando Jesús comenzó su vida pública, Judas dejó todo por seguirle. Refiere la tradición que San Judas y San Simón sufrieron martirio en Suanis, ciudad de Persia, donde habían trabajado como misioneros. A San Judas le dieron muerte con una cachiporra. Por eso se le representa con una porra sobre la cabeza. Luego, le cortaron la cabeza.
Los panameños deberíamos aprender de este hombre bueno, su ejemplo de entrega y fidelidad a Dios. Lo dejó todo por seguir ese ideal de paz e igualdad que proclamaba Jesús. Tal vez eso es más importante que poner demasiada atención en la reliquia ósea con que es bendecida nuestra Nación. No sigamos un hueso; más bien, imitemos la vida de fe y fuerza ideológica de Judas, lo que traerá progreso y justicia social al país.