CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, peco de prepotente con los subalternos

Con la frase común de "yo soy el jefe" se pasa todo el tiempo el panameño que ha llegado a tener un cargo dentro de una empresa o de cualquier negocio, ya sea grande o pequeño, olvidándose muchas veces de cómo llegaron a ese puesto, si por esfuerzo propio, "suerte" o el llamado "arrastre" con los grandes.

Lo cierto es que asumiendo la actitud de "yo soy el jefe" se peca de autoritario, arrogante y hasta de gracioso cuando creen que pueden manejar a los subalternos como personal de su propiedad a sabiendas de que ellos también son parte del mismo núcleo.

Esto trae a colación disgustos internos, que muchas veces provocan reacciones hostiles por parte del personal productivo que quiere aportar mucho más en su trabajo, pero que con esas ideas, lo que se hace es diluir el proceso laboral, por ambas partes, afectando todo su entorno.

Las acciones son frecuentes y las quejas son innumerables, casi siempre de los útiles, pero no necesarios, y pareciera no tenerse remedio para este mal de "yo soy el jefe", sin importarle con los demás, aunque en un 90% los subalternos son los que llevan el peso del trabajo y no son valorados en su justa medida, llevándose los honores los siempre "yo soy el jefe y cumplo con las directrices". Así no se es buen ciudadano, al contrario se debilita la imagen que deben tener los responsables de los grupos obreros de cada empresa.

Más relaciones humanas, más tacto de los empresarios y más humildad nunca está de más.



 

 

 

 


 

AYER GRAFICO
El ejemplar Cyclone Malone gana el clásico La Prensa, dedicado a los periodistas.


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