El partido estaba 1-1, se moría y a la selección de Argentina y de Diego Maradona se le ponía negro el panorama para clasificar al Mundial. Pero a los 47 minutos del segundo tiempo, en el último suspiro, apareció Martín Palermo para convertir otro gol y provocar el delirio de la gente y de Maradona, que festejó tirándose de palomita bajo la lluvia.
Si Argentina consigue rescatar un punto el miércoles, frente a Uruguay, sacará pasaje directo a Sudáfrica.
El gol de la victoria que marcó Palermo en el tercer minuto de la prórroga y que evitó un "Maradonazo", fue calificado por el propio Diego como "el milagro de San Palermo".