Voluntad de diálogo sincero es lo que más ha faltado en la Mesa de Diálogo sobre la Ley 30.
El intercambio que se está dando entre el gobierno y los obreros no es más que una nueva medición de fuerzas. Esto lo demuestra el visto bueno que la Confederación de Unión Sindical Independiente (CONUSI) ha dado a sus representantes en la mesa de negociación para retirarse mañana y llamar a una huelga nacional si no se aceptan dos nuevas representaciones al diálogo.
El gobierno debe reconocer de una vez por todas que fueron los que comenzaron todo esto, al tratar de meterle gol al país con una ley "chorizo" que afectaba el derecho a huelga y abría el compás para afectar negativamente el ambiente. Lo mejor sería derogar definitivamente los artículos conflictivos.
Por su parte, los gremios afiliados al FRENADESO deben detener su retórica cada vez más hostil, ya que les está incluso resultando contraproducente a ellos mismos. El ciudadano panameño no es tonto, y es tan capaz de reconocer los atropellos del gobierno, como de discernir cuando grupos de interés quieren manipularlos para crear un clima de inestabilidad.
Ejemplo de esto es que la represión a los bocatoreños fue repudiada por la mayoría de los ciudadanos; y en contraste, esos mismos ciudadanos no apoyaron los esfuerzos de grupos docentes afiliados al FRENADESO, de boicotear la transformación curricular.