Fue una larga noche en ATLAPA, en la que tomé unos que otros apuntes que no se pueden pasar hoy por alto.
Considero que a William De Sousa y Edwin "La Pantera" Díaz le llegó la hora de guindar los guantes. Tengo que admitir que De Sousa se fajó como un varón ante Luis "El Nica" Concepción, pero se notó que sus 33 años de edad, ya le están pasando factura.
Sin embargo, antes de que diga adiós, me gustaría que De Sousa le diera la revancha a Ricardo Núñez, a quien noqueó en una vuelta en días pasados.
Ojalá que se concrete este pleito, porque la afición ya lo está pidiendo, luego de que Núñez volvió al sendero del triunfo con un nocaut sobre el colombiano Franklin Solís.
Sobre "La Pantera", mi mensaje sería uno solo: si no se va a preparar con tiempo y a conciencia, es mejor que guinde los guantes.
Ya es hora que revise su palmarés, porque está sirviendo de escalón para otros pugilistas (seis derrotas consecutivas).
A "El Nica" lo tengo que felicitar, porque mostró madurez ante De Sousa. Sin embargo, debe tener claro que no le ganó a un clasificado mundial. No se le puede subir la fama a la cabeza. Concepción debe mejorar su defensa, porque recibió buenas manos de un boxeador que hace rato tiene una pierna en el retiro.
Sobre el combate natural entre José Arboleda y Ricardo "El Maestrito" Córdoba, tengo que aceptar que esperaba más. Con esto no quiero decir que fue un mal combate. Arriba del ensogado, observé a dos grandes exponentes de la escuela de boxeo y, que además, demostraban que se conocían a la perfección para dejarse sorprender.
Luego de este pleito, el panorama se le pinta prometedor a "El Maestrito", porque ha quedado a la puerta de pelear por un título mundial posiblemente en Panamá. Siempre he dicho que Dios guarda para al final grandes recompensas y, a "El Maestrito", le ha llegado la suya.
Y es que no podemos olvidar que en sus tres combates de título mundial, que ha disputado fuera de Panamá fue víctima, según mi opinión, de fallos localistas. Estoy seguro que Dios le hará justicia a "El Maestrito" para que se corone en su tierra. Todo dependerá de él, de su garra y coraje arriba del ensogado.