Los 27 países que conforman la Unión Europea (UE) a través del Parlamento Europeo acaban de aprobar la llamada directiva de retorno, que expone a la expulsión y hasta detención por 18 meses a millones de inmigrantes ilegales.
La medida ha sido cuestionada por los diversos gobiernos de América Latina y hasta el polémico mandatario venezolano Hugo Chávez se atrevió a anunciar que muy bien podrían poner restricciones a las inversiones europeas y hasta suspender las exportaciones de petróleo a los países que impongan esas medidas inhumanas contra los inmigrantes.
Hay una realidad, la mayoría de las personas que abandonan sus países de origen, lo hacen con el propósito de buscar un mejor futuro. No es fácil abandonar familia, amigos y su tierra natal para probar suerte en otra nación.
Resulta incomprensible que la Unión Europea imponga esas medidas, cuando América abrió sus puertas a muchos europeos que escaparon del viejo continente al estallar la Segunda Guerra Mundial.
La directiva de retorno aprobada por los eurodiputados pone en entredicho la política de acogida de muchos países de la UE. Criminalizar la inmigración, es algo indigno y debe ser reconsiderada por los los gobiernos europeos.