El lago Trasimento, en el centro de Italia, es uno de los más bellos del país. Y el despejado día de verano invitaba a hacer un paseo campestre a sus orillas. La familia Marvassi, compuesta por Bruno, Gina y sus dos hijos, fue a pasear al lago. Pero el lago, a pesar de todas sus bellezas, tiene también sus traiciones, tales como las arenas movedizas. �stas son áreas de arena floja que se tragan a quien pisa sobre ellas.
Mientras jugaban al escondite con sus dos pequeños hijos, Bruno y Gina cayeron en una de esas trampas de la naturaleza, y el joven matrimonio se sumergió para siempre en ellas.
Las arenas movedizas siempre se han relacionado con historias de muerte y horror. Poca gente que cae en una de esas trampas sobrevive. Los que saben, dicen que las arenas tienen un fatídico poder de succión, y una vez que alguien cae en ellas, difícilmente sueltan a su presa.
Hay otras arenas movedizas que también amenazan destruir con su succión fatal. Son las arenas movedizas morales que se tragan a nuestras familias. La familia moderna está siendo atacada por todos lados, y por todos lados las ciénagas asesinas abren la boca para tragarlas.
Una de éstas es la ciénaga del vicio. Todo vicio nocivo que entra en un hogar forma una ciénaga que a la larga se traga a todos los miembros de la familia. El alcohol, por ejemplo, que penetra por la puerta de una fiesta social, se convierte en lodo cenagoso que puede destruir a toda la familia.
Otra, que es fatal, es la ciénaga de la infidelidad. Cuando la infidelidad se introduce en la familia, ya sea por parte del esposo o de la esposa, es como si una ciénaga abriera la boca para tragarse toda la felicidad que era la primera esperanza de la novia y del novio. La infidelidad destruye el amor entre esposo y esposa, y poco a poco se va tragando inexorablemente a toda la familia.
Ya sea alcohol, o drogas, o infidelidad, o cualquier otra cosa que amenace la felicidad y la perpetuidad de un matrimonio, éstas siempre serán como arenas movedizas que fatalmente tragan, ahogan, devoran y destruyen. Pero cuando Jesucristo es el Señor y Maestro del hogar, �l salva a la familia de cualquier muerte moral.
