Allegados de Ingrid Betancourt denunciaron como �verdaderamente indecente� que se especule sobre el estado de salud de la rehén de las FARC y abogaron porque la guerrilla y el Gobierno colombiano negocien cuanto antes un acuerdo humanitario que saque a los cautivos de la selva.
Lorenzo y Fabrice Delloye, hijo y primer marido, respectivamente, de la rehén colombo-francesa de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde hace 2, 245 días, protagonizaron ayer una concentración de "manos blancas", junto a unas 30 personas, ante el retrato de Betancourt colgado en la fachada del Ayuntamiento de París.
Levantaron sus manos untadas de harina blanca con la palabra "paz", en castellano, escrita con tinta negra en la palma.
Delloye explicó a Efe que con las manos blancas, señal de "paz", se quiere pedir a las FARC y al presidente de Colombia, Alvaro Uribe, "gestos de comprensión mutua" para abrir el diálogo.