Traumatizados, niños refugiados inician clases con ayuda de agencias internacionales

Macedonia
AP

Tras haber sido expulsados de sus hogares de Kosovo, un grupo de niños refugiados en este campamento de Macedonia tuvieron aquí su primera clase educativa, organizada por los organismos humanitarios internacionales.

Muchos de los niños que se incluyen entre los 13.000 refugiados del campamento de Stankovec casi ni recibieron instrucción en el último año, ya que el cañoneo de los serbios los hizo ir de aldea en aldea.

Desde que la Organización del Tratado del Atlántico Norte inició su campaña de bombardeo a Yugoslavia hace casi cuatro semanas, motivando una intensificación de las represalias de los serbios contra los descendientes de albaneses, huyeron a Macedonia unas 120.000 personas. Otras 300.000 fueron a Albania.

Se cree que su número crecerá. La Comisión de las Naciones Unidas para los Refugiados dijo ayer que marchaban hacia Macedonia unos 100.000 kosovares albaneses, expulsados por lo que los refugiados calificaron como furiosas barridas de regiones del sudeste de Kosovo que, hasta ese momento, se habían salvado de la persecución.

Jeremy Hartley, de la oficina de las Naciones Unidas para la Niñez, destacó que la educación de los niños era sumamente importante aquí, no sólo por lo que necesitaban aprender sino también ``para aliviarles el problema psicosocial y darle a su vida cierta sensación de normalidad''.

Dos tiendas del ejército suizo instaladas en una colina pueden albergar unos 160 niños por vez, de los 3.000 en edad escolar que hay en el campamento. Las tiendas fueron divididas en cuatro salones de clases, cada una con su pizarrón. Los niños se irán turnando, los menores a la mañana y los mayores a la tarde.

Unos 20 maestros, también refugiados, se ofrecieron para enseñar en la escuela. El recientemente designado director, Musli Kraniki, de 53 años, dijo que se enseñaría albanés, aritmética y música, y posiblemente historia y geografía.

En otro campamento en Neprosen, cerca de la población macedonia de Tetovo, fue organizada otra escuela para 300 niños con sillas y otros elementos recolectados.

Osman Mejzinoli, un kosovar de la capital, Pristina, dijo que cuando se iniciaron hace tres días las clases al aire libre, los soldados alemanes que custodian el campamento se mostraron sorprendidos, pero contribuyeron a recolectar mesas, libros y anotadores aportados por los macedonios albaneses.

Ahora ya se dedican a la enseñanza tres tiendas del campamento.



 

 

 

 



 

Muchos de los niños que se incluyen entre los 13.000 refugiados del campamento de Stankovec casi ni recibieron instrucción en el último año, ya que el cañoneo de los serbios los hizo ir de aldea en aldea.

 

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