Domingo 18 de abril de 1999

 








 

 


EDITORIAL
Las aberraciones del espionaje telefónico

El pueblo panameño no disimula su malestar por las denuncias de espionaje telefónico que, lamentablemente, se están ventilando en los medios de comunicación social.

Es lastimoso y degradante que los panameños hayamos perdido la privacidad por causa de este espionaje telefónico y las infidencias que se derivan de tal actividad. Lo que más conviene en la actualidad es que se dicte una legislación para que nadie, sin excepción pueda interferir las conversaciones telefónicas.

El espionaje telefónico no es nuevo. En tiempo de la dictadura castrense los legisladores Alemán Boyd y Rigoberto Paredes denunciaron que fueron objeto de tales prácticas de parte de desconocidos. Siendo Procurador General de la Nación, el Lic. Rogelio Cruz pasó por varias emisoras una conversación telefónica que había sostenido con su colega y exprocurador, Dr. Rafael Rodríguez, infidencia de la que se hicieron eco varios medios impresos.

En el gobierno el presidente Guillermo Endara apareció en primera plana de todos los periódicos la denuncia del mandatario, de un nuevo espionaje telefónico, supuestamente por el entonces Ministro de Gobierno y Justicia, Ricardo Arias Calderón. Endara se mostró airado de que en su propio gobierno le estuvieran interviniendo sus teléfonos privados.

Ahora está en turno el procurador José Antonio Sossa, quien enfrenta demandas por abuso de autoridad por haber intervenido el teléfono de un juez que no está bajo su jurisdicción, y aparentemente, no está siendo investigado judicialmente. La última denuncia involucra al jefe de la Policía Nacional, Lic. José Luis Sosa, a quien se acusa del delito a que hemos hecho referencia.

Independientemente de la legitimidad de tales acciones, el espionaje telefónico debe cesar. Es una clara violación a los derechos humanos y los funcionarios que incurran en este delito deben ser separados de sus cargos y sancionados ejemplarmente. Si autoridades de jerarquía están mezcladas en estos ilícitos, el pueblo no tiene alternativa para quejarse porque hasta los funcionarios de la administración de justicia están involucrados de una u otra forma.

Llamamos la atención a las instancias superiores del Gobierno Nacional que no dejen prosperar el espionaje telefónico y sus aberrantes consecuencias. La salud moral del país está en juego y rechazamos las leguleyadas que quieran esgrimir los que tratan de justificar una acción ilegal que va contra los intereses del pueblo panameño.

 
 

 

 

 



 

AYER GRAFICO
¡Aquellos años cuando los estudiantes hacían excursiones al zoológico del hipódromo!


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no le doy buen ejemplo para los niños


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