Una penosa tarea tuvieron que cumplir ayer, lunes, en la Morgue Judicial, los familiares de las cuatro personas que resultaron calcinadas cuando un camión articulado embistió el auto sedán en el que viajaban por el Corredor Norte la tarde del sábado.
Las víctimas eran los esposos Yasmina Pontes Valencia y el colombiano Wellington Riasco, así como su hermano Plinio Riasco y el menor de nueve años, Walter Pontes Palacios.
La malograda familia salió desde donde residían en Altos de la Torre, en el distrito de San Miguelito, con destino al corregimiento de Calidonia, a encontrarse con una prima hermana de Yasmina para luego hacer unas compras.
Pero el destino les jugó una mala pasada y no los dejó llegar al sitio acordado, por lo que la prima de la occisa los llamó incesantemente al celular, y al no contestarle comenzó a preocuparse.
Unas horas después, la familia entera recibió la llamada de otro primo con la infausta noticia: que los habían "matado", término que utilizó para informar sobre el accidente en el Corredor.
Una pequeña de seis años, hija de Yasmina y Wellington, tuvo que dar la muestra de ADN para el reconocimiento de sus padres, mientras que la madre del niño Walter hizo lo propio para con su hijo.
En tanto, el abogado Ezequiel Vieto, quien representa a la familia Riasco- Pontes, anunció que una querella será presentada próximamente ante la Procuraduría General de la Nación por el presunto delito de homicidio culposo, contra el conductor del camión, Joseph Donaldson, de 24 años, quien argumenta que tuvo problemas con los frenos.
Se pudo conocer que la propietaria del camión articulado es Irlanda Velásquez.