La segunda víctima del asalto frustrado es Samuel Monroy, de 52 años, agente de seguridad de la empresa de Transporte de Valores. Tenía 12 años de laborar allí.
El hoy occiso residía en Felipillo, en Panamá Este.
Sus familiares solicitaron a las autoridades, a su llegada al Hospital Santo Tomás, "mano dura" para los delincuentes.
"Es triste que muchas personas salgan a laborar todos los días y no regresen a su residencia", argumentaron los deudos.
Entre los familiares se encontraban un primo y varios familiares pasmados de dolor.
Monroy era una buena persona, ayudaba a sus padres, aseguró uno de sus compañeros.
El hoy occiso madrugaba todos los días para ir a laborar con muchas ganas. Era un hombre responsable, ya que nunca faltaba a su trabajo.