Hay quienes consideran que después de comer y dormir, no hay nada más placentero y relajante que un baño sauna.
Pero, �qué deben conocer aquellas personas que nunca han pasado por un baño a vapor?
Según expertos en el tema, sólo basta un día para descubrir los beneficios que proporciona entrar a un cuarto en donde el vapor hace parte del trabajo de lo que se logra en el gimnasio.
Y es que el baño sauna relaja, desestresa y mejora la respiración, pero para ello se deben tener presente ciertos pasos importantes a la hora de meterse en esa habitación de madera de pino. Sí, es una pequeña rutina aconsejable para maximizar los beneficios que tan bien conocen los finlandeses.
Lo aconsejable es no tomar más de dos sesiones por día y no más de tres semanales, si abusamos de ella corremos el riesgo de padecer bajadas de tensión o continuas pérdidas de hidratación.
LO INDICADO
- Después de haber sudado en el gimnasio, es ideal una ducha con agua templada, así se entrará con la piel mojada y limpia.
- Siempre que se pueda es aconsejable sentarse en la bancada inferior, así tendrá más oxígeno y por tanto la respiración será más cómoda y relajada. Suelen ser entre 10 y 15 minutos.
- Una vez sale del sauna, se debe caminar despacio, para luego tomar una ducha con agua fría, sin utilizar gel, simplemente agua.
- Después se entra nuevamente al sauna, pero se notará menos caliente, pues la temperatura del cuerpo ha bajado con la ducha fría, así que nos relajaremos, sentados o acostados, durante otros diez minutos.
- Se terminará la sesión con una ducha fría, pero utilizando champú o gel (si es exfoliante mejor).
Es el momento de beber algo de agua, para reponer los líquidos perdidos.
Además, es importante destacar que con sólo 20 minutos se eliminan numerosas toxinas y se logra aumentar las defensas; también eliminamos alcohol, sodio y nicotina acumulada en nuestro cuerpo.