A tres años de su muerte, Junior y sus hijos se disputan los bienes de su esposa, Rocío Dúrcal. La revista �Hola! de esta semana les ofrece en sus páginas un reportaje completo sobre el enfrentamiento de esta familia.
Carmen y Antonio Morales han decido reclamar por vía judicial la parte de la herencia que les corresponde, mientras que Shaila se habría unido a la reclamación aunque no de forma "oficial", ya que aunque está de acuerdo con las peticiones económicas de sus hermanos no ha querido llevar la causa a los Tribunales.
Rocío Dúrcal, según informa la revista �HOLA!, no sólo no revisó su testamento, sino que dio por bueno el que había firmado en 1992, catorce años antes de su muerte, ante un notario de Madrid. En él legaba a su marido el tercio de libre disposición de la herencia, además de la cuota legal usufructuaria de la misma (el total de ambos serían 1,193,850 dólares). En lo que correspondía al remanente de sus bienes, créditos, acciones, etc. instituyó como herederos universales a sus hijos. La familia se habría repartido de total acuerdo la cuantía de los bienes especificados, una cantidad que ascendería a unos dos millones de euros.
Junior se habría quedado con la cantidad que le correspondía por ley y habría aceptado entregarle a cada uno de sus hijos también lo estipulado por ley, 1/9 parte indivisa y pleno dominio sobre las propiedades. Como esta valoración no tiene por qué materializarse en dinero real y la posesión de 1/9 parte del patrimonio tampoco les permite, por ley, hacer uso de este, podría decirse que los hijos de Rocío Dúrcal no han recibido dinero ni bienes. Sin embargo, los principales problemas surgirían cuando los hijos de Junior conocen la existencia de otras propiedades que no fueron incluidas en el testamento ni tampoco en la escritura de repartición hereditaria.