Los jóvenes de hoy en estos momentos hacen tres cosas: ver televisión, escuchar música y pasar horas frente a un computador.
Los estudiantes que se graduaron el año pasado están en casa haciendo lo mismo. No hay una agenda definida de las tareas del hogar. Esto podría darnos luces de la falta de iniciativa de los chicos del nuevo milenio.
No son todos, de seguro usted me dirá, pero sí me atrevo a asegurar que es la gran mayoría.
Una de las principales metas de todo joven graduando debe ser alcanzar un título para alcanzar el éxito profesional. Sin embargo, esa no es la mentalidad de los jóvenes, que hoy día quieren todo gratis y fácil.
Un reconocido motivador mexicano, al referirse a la conducta actual de un porcentaje elevado de jóvenes, la calificó de mediocre. Dijo que la mediocridad se había convertido en una epidemia mundial.
Los jóvenes no desean progresar y se limitan a esperar lo que la vida les depara sin hacer nada para poder alcanzar sus metas.
Al detallar las conductas de los mediocres, el motivador aseguró que el trabajo para ellos es un tema intocable, estudiar es para tontos y/o en algo deben contribuir los padres a que sus hijos se esmeren a ser profesionales de renombre en la vida. Si no hay estímulo, no se logra nada, pero los jóvenes también deben poner de su parte, porque el futuro depende de ellos mismos. Sus padres, en una forma u otra, cumplieron su misión.
Si eres de esos muchachos que se dejan influenciar de los amigos del barrio -que se la pasan escuchando reggae todo el día-, pon un freno. Diles que ya tu estás en otra onda. Diles que estás preocupado por tu futuro porque en el día de mañana tendrás familia y, por su puesto, deseas una casa.
Cuando ellos escuchen tu planteamiento pueden pasar dos cosas: se reirán de ti o te escucharán. Esto los hará pensar sobre la necesidad de cambiar sus vidas.
Da el primer paso. Sigue adelante y busca un empleo digno. No importa que sea cortando césped o de lo que sea. Lo importante es que te ganes el dinero de forma honrada porque no será dinero que viene del vicio, sino del sudor de tu frente.
Te sugiero que hagas una lista de empresas en las que quieras trabajar. Después que hayas conseguido este listado, llama a cada una de estas compañías y pídeles el nombre del gerente general y del gerente de Recursos Humanos. Después que los tengas, envíales sobres con tu currículum y una carta ofreciéndoles tu servicio. Verás que te llamarán.
