EDITORIAL
Balance de la operación Zorro del Desierto
Conociendo la reacción
política de Saddam Hussein pintando como victoria iraquí la
Operación Zorro del Desierto, podría llegarse a la conclusión
algo escéptica pero realista que poco o nada ha cambiado, después
de los bombardeos. El déspota iraquí se mantiene en su posición
de agresividad y arrogancia, prohibiendo los vuelos civiles de los funcionarios
de la ONU, obstinándose en rechazar la continuidad de las investigaciones
de búsqueda de su arsenal de armas biológicas y enfrentando
a tiros a los aviones estadounidenses y británicos en las zonas de
exclusión.
Las autoridades militares y civiles de Estados Unidos y Gran Bretaña
dijeron haber cumplido el propósito táctico de destruir fábricas
y arsenales supuestamente organizados con fines genocidas. Pero el precio
del operativo militar fue el de revelar la presencia de agujeros en la unidad
europea, como la actitud del gobierno de Francia, y de enfriar, por otro
lado, los entendimientos militares con la Federación Rusa. Hombre
de la nomenclatura de la vieja guardia comunista, el primer ministro Eugeny
Primakov utilizó la coyuntura para criticar abiertamente a Estados
Unidos e Inglaterra, y amenazar con romper los compromisos estratégicos
con el Pacto del Atlántico. Occidente tiene presente que en la actual
situación rusa quien lleva la voz cantante es un veterano cuadro
de la KGB.
En el plano diplomático, se desvaneció muy rápido
el efecto positivo de la visita de Clinton a territorio palestino, con las
propuestas que se extendieron a las principales capitales árabes.
Los grupos integristas se movilizaron para opacar la mediación pacifista
de Clinton entre Israel y la OLP. En las Naciones Unidas hubo países
árabes que movilizaron apoyo de países occidentales para presionar
el levantamiento del embargo económico contra Irak con una opinión
pública mundial sensibilizada por las imágenes de las explosiones
sobre los blancos militares en Bagdad, que ahora juega a gusto a ser David
contra Goliat.
En el plano petrolero se registró un efímero repunte del
precio internacional de hidrocarburos, temiéndose que el operativo
militar pudiera estorbar la circulación de tanqueros dentro del área
del Golfo Pérsico. Pero como no se produjeron complicaciones en el
tránsito naviero en el golfo, los precios del crudo se estabilizaron
rápidamente, más bien con tendencia a la baja, desdibujando
las aspiraciones de algunos productores como Venezuela, que ven en el mejoramiento
de los precios la salida a sus graves problemas.
En resumen, las operaciones militares tuvieron consecuencias restringidas
y hasta podría decirse que fortalecieron el régimen de Saddam
Hussein en la esfera internacional. No cabe duda que la estrategia quizás
debiera cambiarse, buscando objetivos políticos internos para que
Irak, reconvirtiéndose de dictadura en régimen pluralista,
cese en sus desafíos bélicos. Hay que tener presente que se
invirtieron miles de millones de dólares para debilitar el comunismo
soviético desde fuera sin percatarse que en la estructura interna
de la URSS era donde radicaban los males definitivos del totalitarismo.


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AYER GRAFICO |
El arquitecto Rodrigo Rodríguez Ríos, un dinámico exdirector
nacional de ferias |



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