CULTURA
Brasil embestida por la televisión sensacionalista

Sao Paulo
REUTERS

Cuando un programa de micrófono abierto en las horas de mayor audiencia mostró a principios de este año a una mujer cuyo marido celoso le había hecho saltar los ojos, la prensa de Brasil desbordó con comentarios sobre lo bajo que había caído la televisión. Hoy, la transmisión de un vídeo sobre un niño anormal con vello púbico y un pene desarrollado pasa inadvertida.

Una ola de imágenes chocantes ha inundado a Brasil, pasmando a un mercado que con 130 millones de televidentes es el mayor para los medios de comunicación en América Latina.

Los temas cubren desde disputas de enamorados a necrofilia en las morgues citadinas.

Las riñas en los estudios, el lenguaje soez y las perturbadoras imágenes de raras enfermedades de la piel hacen parecer cosa de niños a otros programas famosos del género, como el estadounidense "Jerry Springer".

El dilema de la censura

Agencias
Internacionales

Las encuestas sugieren que la mitad de los brasileños piden más y la otra mitad desearía que los suspendieran.

El gobierno, en el medio, está más que consciente del deterioro en los estándares de la TV, pero temeroso de censurar los programas y de avivar los recuerdos de los gobiernos militares de 1964 a 1985.

"No pasa un día sin que recibamos una llamada telefónica o un fax de alguien que se queja de la calidad de los programas de la televisión", dijo en una entrevista el secretario de Derechos Humanos, José Gregori, encargado de las transmisiones públicas.

Gregori explicó que "la censura no es una opción. Fue una de las peores experiencias que tuvimos bajo los gobiernos militares. Nadie quiere restablecerla ... La democracia exige televisión sin restricciones", agregó.

Un ratón, rey del sensacionalismo

Agencias
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Sin lugar a dudas, el rey de la televisión sensacionalista de Brasil es Carlos Massa, de 42 años, el carismático presentador del show "Ratinho" ("Ratón"), apodo de infancia que alude a su esmirriado tamaño cuando niño.

Ratinho es uno de los animadores mejor pagados de Brasil, con un salario de 830,000 dólares mensuales. Un popular segmento del programa es la presentación de un invitado con una horrible deformación facial o enfermedad de la piel, quien asegura le fue denegada la atención en los hospitales del estado.

Ratinho hace arreglos para su tratamiento y el invitado regresa más adelante a su programa, ya curado y agradecido.

Los críticos dicen que "Ratinho" no difiere mucho de uno de los "espectáculos de rarezas" del Siglo XIX, que explota a las clases más bajas carentes de un sitio donde acudir para el tratamiento de sus deformidades físicas.

 

 

 

 

 



 

Una ola de imágenes chocantes ha inundado a Brasil, pasmando a un mercado que con 130 millones de televidentes es el mayor para los medios de comunicación en América Latina.

 

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