Seguramente muchos no se habrán dado cuenta, pero en las celebraciones de fin de año, como hoy, el sonido de los fuegos artificiales se confunden con el "bam bam" de las balas. Esta es una realidad en nuestro querido país.
"No todo lo que suena es bombita", así dijo una vez un joven pandillero que reconoció que en la media noche de hoy es la que aprovechan para probar las armas nuevas que han comprado en el mercado negro.
La fiesta de Año Nuevo, una celebración que debe unir a toda la familia, se ha convertido para este grupito de personas en más que una fiesta. Se ha transformado en un ritual de poder. ¿Quién detona más?
Hoy las pandillas competirán para demostrar quién explota más plomo en el aire. Dicen ellos que el grupo que logre prolongar los disparos por más tiempo tiene más poder.
Panamá es un país de sorpresas. Cuando usted se creía en cuento de las bombitas y los fuegos artificiales, se acaba de dar cuenta que en realidad eran sonidos combinados.
Un ciudadano ejemplar no puede participar de este jueguito y, si conoce el caso de una persona que lo haga, debe denunciarlo. Las autoridades, por su parte, deben pregonar con el ejemplo, ellos deben aplicar los correctivos para que nadie se burle de la ley.
Los buenos ciudadanos no andan explotando balas al aire. Un buen hombre celebra dentro del marco del respeto a los demás, sin poner en peligro la vida de las personas.
Jugar con armas es jugar con la muerte. Es exponer, tontamente, su vida y la de su vecino.
Celebremos hoy la llegada de un año nuevo, siempre poniendo sobre un papel las cosas positivas que nos deja el año viejo y eliminando todo lo malo. De esta forma, empezaremos a notar un buen cambio en nuestras vidas en el año 2005.