Nuestra breve visita a la antigua base aérea de Howard me dejó sorprendido, pero también desconsolado. La enorme pista del aeropuerto, de 4.5 kilómetros de largo, los hangares, el complejo urbano y el centro industrial están igual que aquel día de octubre cuando los norteamericanos dejaron a Panamá esta gran instalación militar.
Todavía la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI) y el gobierno de Martín Torrijos han declarado qué proyecto se desarrollará en este lugar, aunque todo el mundo sabe que grandes empresas de Estados Unidos, Canadá, Francia, China Popular, Corea del Sur y Japón se han interesado en este complejo en la entrada del Pacífico del canal de Panamá.
Igual que Howard, otros proyectos de envergadura están pendientes y sólo el presidente Martín Torrijos debe definir cuando deben desarrollarse. Pero, lo que los panameños desean es que se creen plazas de trabajo para los 250,000 ciudadanos desempleados que se han frustrado ante la falta de progreso en el gobierno recién estrenado.
En el 2005, Torrijos y su gobierno deberá comenzar a trabajar en estos proyectos, como el de Howard, para que mantenga su apoyo popular, que ya comenzó a declinar. Solo basta mencionar algunos de los planes a concretarse:
El proyecto de la modernización del transporte urbano en la ciudad de Panamá, que es el más importante e inmediato por desarrollarse, puede generar miles de empleos entre 2005 y 2007, cuando se tendrán que colocar los nuevos trenes ligeros o autobuses articulados, las nuevas vías o ferrovías en la capital, además de construir las estaciones de conexiones de pasajeros.
La ampliación del Canal de Panamá, que debe iniciarse entre 2007 y 2008, quizás es el proyecto más importante, pues con solo construir los dos nuevos juegos de esclusas, habrá que contratar a 30,000 panameños.
Los nuevos proyectos portuarios en Farfán y Cristóbal atraerán millones de dólares en inversiones y también crearán miles de plazas de trabajo en Panamá y Colón.
La limpieza de la Bahía de Panamá, la construcción de cinco plantas de tratamiento, el saneamiento de las playas frente a la capital y la transformación urbana inteligente, permitirán dentro de dos lustros tener, si Dios quiere, un centro turístico similar a Río de Janeiro o Miami, cerca de los hoteles de nuestra principal ciudad.
Finalmente, el turismo y su promoción en el extranjero es el plan más ambicioso para explotar nuestra riqueza natural, demostrar la cultura que poseemos y lo maravilloso que tiene Panamá.
Ojalá que Martín Torrijos defina pronto el rumbo que debe tomar el país para permitir que estos importantes proyectos sean una realidad en el futuro inmediato.