El pasado 24 de diciembre, cuando todo el mundo debe estar en recogimiento y en felicidad, un grupo de panameños agobiados por el consumismo, decidieron aguar las fiestas de la llegada del Señor.
En un local comercial famoso por sus panes de fin de año, una persona se encontró con que se habían acabado con la remesa de roscas navideñas en la mañana.
La gente tuvo que esperar tres horas hasta cuando se sacó la nueva remesa. ¿Y para qué fue eso? Algunos individuos se abalanzaron sobre las bandejas de roscas navideñas, hubo patadas de algunas doñas y hasta los hombres perdieron el decoro por dizque llevarse aunque sea uno de los famosos panes. Lección: para evitar este relajo, tienes que venir dos o tres días antes del 31 de diciembre para evitar berrinches como el visto la pasada Navidad.
El consumismo y el materialismo afectó a muchos panameños, algo que nos hizo olvidar el verdadero significado de la Navidad y de las fiestas de fin de año: recordar nuestro apego al prójimo, ayudar a los semejantes y prepararnos con bien para el nuevo año 2005 que se avecina en pocas horas.
Las fiestas de fin de año son para estar en familia y amistad, no por tener cosas vanas o algún bien material que no vale nada.
Igual que el caso de las benditas rocas de huevo, lo mismo ocurre con la pachanga que viene el 1 de enero, cuando la borrachera y el desorden se convierten en algo fuera del significado real de las fiestas de esta época.
Por otra parte, para evitar los problemas de último momento, organice su programa y compre lo necesario y con tranquilidad días antes de que llegue la fiesta de fin de año.
Si no logra conseguir lo planteado, no se preocupe, esto es algo pasajero. Disfrute en compañía de su familia la llegada del Nuevo Año, sin complicaciones. Sea felíz...